sarcopenia y salud muscular

Sarcopenia y cómo prevenirla: el músculo como gran órgano endocrino

Vamos a ver:
  1. El músculo, mucho más que fuerza
  2. Qué es la sarcopenia y cómo se diagnostica
  3. Cuándo empieza la pérdida muscular
  4. Por qué el músculo es un órgano endocrino
  5. Cómo prevenir la sarcopenia: pilares básicos
  6. Señales de alerta de un músculo en peligro
  7. Tu mejor siguiente paso

El músculo, mucho más que fuerza

El músculo es salud, longevidad y autonomía. No se trata solo de mover peso o verse fuerte y lustrosa/o, jajaja; sino de mantener vivo un órgano endocrino que establece conexiones, simultáneamente y a cada instante; con tu cerebro, tu tejido adiposo, tus huesos y tu sistema inmune.

Esta comunicación ocurre gracias a las mioquinas, moléculas que se liberan cuando te mueves y que regulan energía, inflamación y plasticidad cerebral. Entre ellas están la IL-6 en su versión “de ejercicio”, el BDNF o la irisin.

Cada vez que entrenas, activas esta orquesta bioquímica que impulsa tu metabolismo y tu resiliencia, te haces más fuerte ante la dificultad.

Qué es la sarcopenia y cómo se diagnostica

La sarcopenia es la pérdida progresiva de masa y fuerza muscular. Cumplir años está asociado de manera proporcional, aunque reversible, a esta disminución de músculo. Se diagnostica midiendo tres parámetros:

  • Fuerza: la prueba de agarre con dinamómetro o el tiempo al levantarse de una silla.
  • Masa muscular: evaluada por DXA, con valores de referencia según sexo y altura.
  • Rendimiento: la velocidad de la marcha, que si es menor de 0,8 metros por segundo alerta de sarcopenia severa.

Reconocida como enfermedad con el código ICD-10-CM M62.84, la sarcopenia ya tiene un espacio propio en la medicina preventiva y clínica.

Cuándo empieza la pérdida muscular

El declive comienza antes de lo que creemos: entre los 30 y 40 años perdemos alrededor de un 1% de masa muscular cada año.

A partir de los 60 la pendiente se acelera y la potencia cae incluso más rápido. Esto se traduce en más riesgo de caídas, fracturas y pérdida de autonomía. En mujeres, la menopausia añade un reto extra, ya que la bajada de estrógenos acelera la pérdida de fibras rápidas y favorece la infiltración grasa en el músculo.

Tu músculo es un órgano endocrino

Moverse es mucho más que gastar calorías. El músculo libera mioquinas que:

  • Mejoran la sensibilidad a la insulina y el manejo de la glucosa y los lípidos.
  • Equilibran la inflamación del organismo.
  • Protegen hueso y cerebro, influyendo en la densidad mineral ósea y la plasticidad neuronal.

Por eso cuidar el músculo es cuidar de todo el cuerpo.

Cómo prevenir la sarcopenia: pilares básicos

Movimiento diario y equilibrio

Caminar a paso vivo, subir escaleras, cortar con los periodos de sedentarismo (kit kat de movimiento, snack de movimiento…) y trabajar el balance son gestos sencillos que marcan la diferencia. La velocidad de la marcha es hoy considerada un signo vital de salud y longevidad.

Pero hay algo imprescindible y que va ligado a lo anterior: trabajar en mejorar tu fuerza cada día, tu capacidad y rango de movimiento: la movilidad; además de la coordinación, los reflejos…

El entrenamiento de fuerza con pesas, o con tu propio peso, los hit de movimiento explosivo y retar tus capacidades cada día, es garantizar el futuro de tus músculos, de tus huesos, de tu sistema cognitivo y…. ¡podría seguir! Así que… mejor ¡no leas más y ENTRENA FUERZA!

Nutrición que protege el músculo

La proteína es el ladrillo del músculo. En adultos mayores se recomienda al menos 1 g/kg/día, idealmente repartida en cada comida con 25–35 g y un aporte suficiente de leucina.
Fuentes prácticas: huevos, pescado, carnes magras, tofu, tempeh, legumbres, lácteos fermentados de calidad, frutos secos y semillas.

Completa tu plato con medio plato de verduras, fruta de temporada y grasas saludables como el aceite de oliva virgen extra y el pescado azul.

Hidrátate bien y deja los ultraprocesados “para casi NUNCA”.

👉 Entra en más detalle en este artículo: Absorción de nutrientes y salud digestiva: cómo optimizar tu digestión y proteger tu intestino

Vitamina D y micronutrientes

La vitamina D es un factor clave en la fuerza y la salud ósea. Su déficit es frecuente y conviene evaluarlo mediante analítica.

Exponerse al sol, amanecer, atardecer, y al medio día al menos unos minutos, es fundamental para regular nuestros biorritmos, nuestro metabolismo, nuestra salud ósea, muscular y sistema nervioso.

👉 Te lo cuento con más detalle en: La ciencia del descanso: por qué dormir bien es la clave de la vida
(El descanso y la vitamina D se abrazan: ambos influyen en energía y metabolismo).

Ayudas nutricionales opcionales

En algunos casos, suplementos como el magnesio, la creatina monohidrato o los omega-3 pueden potenciar las mejoras de fuerza y función, siempre como complemento y con supervisión profesional para adaptarlo a tu caso concreto.

Señales de alerta de músculo en peligro

El cuerpo da avisos claros, y saber escucharlos y atenderlos es clave:

  • Te cuesta abrir botes o levantarte de una silla sin apoyo.
  • Caminas cada vez más lento o con inseguridad.
  • Has tenido caídas o miedo a caer.
  • Pierdes peso sin querer o notas fatiga constante.

Si identificas varias de estas señales, consulta con un profesional. Un dinamómetro de mano, una prueba de velocidad de marcha o un DXA pueden dar una fotografía clara de tu estado muscular.

Poner freno a la sarcopenia, el mejor paso

La sarcopenia es prevenible y, en parte, reversible. No necesitas rutinas genéricas sacadas de internet, sino una guía adaptada a ti, progresiva y segura.

Por eso creé Fuerza Activa, mi comunidad de entrenamiento y hábitos desde cero:

  • Acompañamiento cercano y amable.
  • Vídeos guiados semanales con progresión real.
  • Hábitos sencillos que sostienen tus resultados: descanso, respiración, movimiento diario y nutrición práctica.

👉 Únete a Fuerza Activa

Y si lo que necesitas es un plan individualizado —por menopausia, sarcopenia diagnosticada, lesiones o pérdida de peso— podemos trabajarlo juntas:

Estamos en constante cambio y evolución. Que esta transformación sea hacia tu mejor salud y bienestar, ¡siempre!

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