Colesterol versus Estatinas

Una historia de amor entre farmacéuticas y sistema sanitario

Durante años, nos han demonizado el colesterol como si fuera nuestro archienemigo a reducir a toda costa. Y en medio de esta película de miedo, nació una de las historias de amor más duraderas de la medicina moderna: la de las estatinas con el sistema sanitario y con la industria farmacéutica: el medicamento más vendido en la historia de la humanidad*.

Pero, ¿es el colesterol realmente tan malo como lo pintan? Y… ¿son las estatinas tan necesarias como parecen?

Vamos a mirar esta historia más de cerca, con evidencia, con calma… y con sentido.

¿Qué es el colesterol y por qué es importante?

El colesterol es una sustancia grasa, cerosa y esencial para la vida. Lejos de ser un villano, cumple funciones vitales en tu cuerpo, sin él la vida no sería posible, para empezar; y… además:

• Es un componente estructural de todas las membranas celulares.
• Es necesario para producir hormonas sexuales y suprarrenales (estrógenos, testosterona, cortisol…).
• Participa en la síntesis de vitamina D.
• Forma parte de la producción de ácidos biliares necesarios para la digestión.
• Ayuda a absorber el calcio y las vitaminas liposolubles (A, D, E, K).

Circula en la sangre unido a lipoproteínas, principalmente LDL (mal llamado “colesterol malo”) y HDL (el “colesterol bueno”).

Niveles de colesterol: ¿cuándo preocuparse?

Los valores ideales varían según edad, sexo y otros factores muy importantes, como el estilo de vida, pero estas son las recomendaciones generales:

Un LDL bajo también puede ser incluso más problemático que uno alto en algunos casos, ya que se ha asociado a desnutrición o alteraciones hormonales.

¿Quién debe poner atención y controlar su colesterol?

• Personas con antecedentes familiares de hipercolesterolemia o enfermedad cardiovascular.
• Personas con factores de riesgo: diabetes tipo 2, obesidad, hipertensión, tabaquismo o sedentarismo.
• Adultos sanos a partir de los 20 años, si hay hábitos poco saludables.

La clave no es solo “tener el colesterol bajo o alto”, sino entender cómo y por qué sube o baja, y qué nos está diciendo el cuerpo con esto.

Factores elevan el colesterol

• Dietas ricas en grasas trans y saturadas (ultraprocesados, embutidos, fritos…).
• Azúcares simples y harinas refinadas (suben triglicéridos).
• Sedentarismo. Falta de actividad física.
• Estrés crónico y mala gestión emocional.
• Tabaquismo.
• Sobrepeso u obesidad.

Cambios de estilo de vida que mejoran el colesterol

Sí, se puede regular el colesterol sin pastillas, por supuesto. Y además, mejorando muchas otras funciones de tu organismo y a nivel emocional también. ¿Cómo? Con…

✔ Dieta rica en fibra (verduras, frutas, semillas).
✔ Grasas saludables (AOVE, frutos secos, pescado azul).
✔ Movimiento diario (caminar, más entrenamiento de fuerza, movilidad, cardiovascular…).
✔ Dejar de fumar y otras drogas como el alcohol.
✔ Gestión del estrés y mejora del sueño.
✔ Contacto con la naturaleza y relaciones personales satisfactorias.

Estos hábitos no solo reducen el LDL, sino que aumentan el HDL y mejoran la salud cardiovascular integral.

Y, ahora, hablemos de estatinas

Las estatinas son medicamentos que inhiben una enzima del hígado que es la encargada de la producción de colesterol, reduciendo así éste. Están indicadas cuando los cambios de estilo de vida no son suficientes o cuando el riesgo cardiovascular es alto. Principalmente en:

• Personas con enfermedad cardiovascular ya diagnosticada (infarto, ictus, arterias bloqueadas).
• LDL ≥220 mg/dL.
• Diabéticos mayores de 40 años con otros factores de riesgo.
• Personas con alto riesgo cardiovascular (según tablas de riesgo).

Pero se usan con precaución o no se recomiendan en:

• Prevención primaria en personas de bajo riesgo.
• Personas mayores frágiles o con muchas comorbilidades (enfermedades simultáneas).
• Personas con efectos adversos graves previos (dolor muscular severo, rabdomiólisis).

Pero, ¿son seguras las estatinas? ¿qué efectos secundarios tienen?

Sí, en general son seguras… pero no son inocuas.

Efectos positivos:

• Reducción de infartos, ictus y mortalidad cardiovascular (especialmente en prevención secundaria).

⚠️ Efectos adversos posibles:

• Dolores musculares (mialgia), inflamación (miositis).
• Rabdomiólisis (grave pero rara).
• Alteraciones hepáticas.
• Riesgo bajo de desarrollar diabetes tipo 2 en personas predispuestas.

En personas con alto riesgo, los beneficios superan ampliamente los riesgos.
En personas sanas o con bajo riesgo, el balance es menos claro y debe evaluarse cada caso con sus peculiaridades únicas.
Eso de una pastilla para todo y para todos… ¡rotundamente NO ES LA SOLUCIÓN!

Un enfoque más consciente

El colesterol no es un enemigo, sino un indicador.
Las estatinas pueden ser herramientas valiosas, pero no la solución por defecto aplicable a diestro y zurdo.
Un número en una analítica no dice nada significativo, hay que ver tu historia clínica completa. A cada individuo en su contexto, no solo un número en un análisis.

Escuchar al cuerpo, acompañarlo y cuidarlo es siempre el primer paso.

Para terminar… decirte que:

• El colesterol es esencial para la vida.
• No todo colesterol elevado requiere medicación.
• Las estatinas son eficaces, pero deben reservarse para quienes realmente se benefician de ellas.
• La primera línea de tratamiento siempre debería ser el estilo de vida: nutrición, movimiento, descanso y regulación emocional.
• El abordaje del colesterol debe ser personalizado, consciente y basado en evidencia, no en miedo ni en presión farmacológica.

Así que, si tienes el colesterol alto, y como es normal, tomas estatinas, pregúntate: ¿estás bajando el colesterol o acompañando a tu cuerpo a estar en equilibrio, y devolviéndolo a su estado de salud natural cambiando con ello los hábitos dañinos que hay en tu vida?

*El medicamento que ha generado más ingresos en la historia es Lipitor (atorvastatina), una estatina utilizada para reducir el colesterol. Desde su lanzamiento en 1996 hasta 2012, Lipitor generó ventas globales de aproximadamente 141.000 millones de dólares, siendo el medicamento más exitoso comercialmente hasta la fecha.