Un pedacito de mi

Cada paso te lleva a ti

Hola, soy Mónica, tengo 41 años y voy a desnudarme.

He vivido más de media vida atrapada en una relación dura, dolorosa y silenciosa en contra mi cuerpo.

Bullying, trastornos de la alimentación, intentos de suicidio, relaciones abusivas, … y, sobre todo, una desconexión brutal conmigo misma.

En medio de todo mi caos, y años y años comiendo y vomitando cada día (y varias veces), hubo algo que me sostuvo, incluso cuando nada más lo hacía:
el deporte.

Algo que en principio hacía más como medio para estar «delgada» o castigar mi cuerpo para intentar que fuera de otro modo, iba a generar en mi una disciplina, una capacidad de esfuerzo, de adaptación al cambio… que jamás imaginé.

Y es que la realidad es esta:
“El deporte te hace estar bien… pero hay que estar bien para poder hacer deporte.”
Si quieres mejorar, ser más fuerte, tener más energía y superarte en tu práctica deportiva, necesitas nutrirte bien, descansar, cuidarte. Si no… no es posible ni sostenible.

La conexión con el cuerpo es la magia de la vida.

Mi Curiosidad Incansable

Estudié fotografía, diseño y después Publicidad y Relaciones Públicas, porque quería entender cómo funcionaba nuestra mente y cómo se articulaba la cultura de masas, ese el discurso del desear y tener, de vivir siempre en la escasez para llenar vacíos consumiendo.

Quería entender cómo el marketing hacía, por ejemplo, que personas como yo fuéramos esclavas de nuestro cuerpo y lo odiásemos.

Estudié másters que me daban una visión más amplia para ayudar a empresas responsables a destacar en sus negocios con mi propio proyecto: La Crisálida Púrpura, (que aún conservo porque también me encanta impulsar la vida profesional de las personas y dar vida a sus ideas). Pero yo seguía en guerra conmigo misma. No lograba superar mis adicciones y no encontraba respuestas en la psicología ni en distintas terapias que probaba, que no fueron pocas.

Así, después de tocar fondo varias veces y de que mi cuerpo me diera avisos bastante «chungos», empezó mi nueva etapa: formarme en lo que realmente necesitaba para sanar.

Nutrición funcional. PNI, Salud Digestiva y Microbiota. Salud hormonal. Respiración. Gestión emocional. Yoga, Entrenamiento Personal.… (sigo formándome cada día, aprender es mi gran pasión).

Y todo para responder a una pregunta:
¿Qué me pasa realmente?
Esa pregunta fue el origen de todo.
Y acabó dando nombre a este proyecto, para el que llevo trabajando toda la vida.

Así Nace Qué Nos Pasa

Nace desde mi cuerpo. Desde las veces que lo rechacé.
Que quise huir de él.
También de las veces que lo abracé, lo cuidé y empecé a confiar en él, a agradecer todo lo que me da.

Hoy es una escuela de salud integrativa, consciente, que tiene en cuenta todas las dimensiones y el contexto único de cada persona. Acompañando en su proceso de transformación desde un enfoque integral y humano.

Trabajo a través de la:
🔸 Respiración consciente, para calmar la mente y regular tu sistema nervioso.
🔸 Nutrición funcional, para reducir inflamación, sanar tu digestión y reconectar con tu energía vital.
🔸 Movimiento, para que vuelvas a habitar tu cuerpo desde el placer, no desde la exigencia, mejores tu fuerza, tu flexibilidad, y tus capacidades humanas.
🔸 Palabras. Porque las palabras abren y cierran mundos, y su impacto sobre la salud es determinante.

Creo espacios seguros para hablar de sexualidad, deseo, placer, autocuidado, de lo que nos enciende, nos apaga y lo que duele.

Trabajo de forma individual, grupal y en comunidad.
Desde la cercanía. Desde el respeto.
¿Te ayudo a que sepas qué te pasa?


Voy a:

Escuchar sin juzgarte
Comprender cómo te sientes
Investigar causas y ofrecerte las mejores soluciones para tu proceso
Acompañar, impulsar y potenciar tu talento y capacidad humana para que descubras toda tu GRANDEZA

Lo que dicen de mi

¡Gracias por compartir estas palabras!

Hacía años que me sentía hinchada, cansada y sin motivación. Creía que era la edad, las hormonas o el estrés. Mónica me enseñó a observarme, a entender cómo funciono y a hacer pequeños cambios que lo transformaron todo. Gracias por tanto amor, verdad y sostén.

Ana Belén. 48 años

Empecé a dormir mejor, a tener energía, a dejar de tener hambre emocional. Pero lo más importante fue que volví a confiar en mí. Mónica te ve, te escucha, y te acompaña de verdad.

Lucía. 36 años


Con Mónica no solo aprendí a comer mejor, sino a hablarme mejor, a respetar mis ciclos y a dejar de vivir en guerra con mi cuerpo. Su manera de acompañar es cercana, clara y muy potente. Gracias por hacerme ver lo que soy.

Esther. 30 años

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